Una compañía de Primera Categoría, catalogada en inglés como “blue chip” (Compañía de Ficha Azul) es aquella que, financieramente hablando tiene un alto renombre y está bien establecida.
Estas compañías comúnmente venden productos y servicios reconocidos y de alta calidad. Tienen un registro de crecimiento estable y constante porque pueden operar bajo condiciones económicas difíciles.
Por lo general, se desempeñan bien tanto en los buenos como en los malos tiempos y se consideran siempre una inversión segura.
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Los inversionistas pueden comprar compañías de primera categoría para proveer un crecimiento constante en sus portafolios. La cotización de la bolsa de una empresa “blue chip” suele seguir de cerca al S&P 500, pero las acciones de primera categoría no deberían componer el portafolio completo, que debería ser diversificado con una amplia mezcla de acciones que distribuyen el riesgo.
Aunque las empresas de primera categoria han sobrevivido los retos y ciclos del mercado, no siempre serán una inversión segura. Las quiebras de General Motors y Lehman Brothers durante la recesión de 2008 demuestran que incluso las mejores compañías pueden fracasar.
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