Los ahorros son la porción de tu ingreso o ganancias apartado y no gastado. Los ahorros no deben pensarse como sobras; más bien, deben de ponerse a un lado antes de pagar gastos.
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Los ahorros son un fondo de emergencia.
Serán útiles cuando necesites pagar un gasto inesperado. Para asegurarse de que siempre estés preparado para una emergencia financiera, debes comprometerte a mantener y aumentar tus reservas. Además, el dinero en el banco aumenta con el interés y está protegido, incluso si el banco se encuentra con problemas. Fuera de las situaciones de emergencia, los ahorros también son útiles para hacer pagos iniciales en inversiones grandes, tales como comprar un automóvil o una casa.
El ahorro es un compromiso importante para la prosperidad futura. Este tipo de compromiso se hace más difícil por lo que los psicólogos llaman “sesgo presente”, que es la tendencia de las personas a irracionalmente preferir la gratificación de hoy en día más que una gratificación mayor para el día de mañana. Por ejemplo, muchas personas prefieren tener $4 hoy más que $5 dentro de una semana, pero casi nadie elegiría $4 dentro de un año sobre $5 dentro de un año y una semana. El famoso “experimento del malvavisco” ilustra el poder del sesgo presente en los individuos incluso a una edad muy temprana. Para ver el experimento de malvavisco haga click aquí.
Los ahorros se guardan mejor en una cuenta de ahorros para que puedan permanecer seguros y ganar interés. Los bancos están dispuestos a pagarle por la oportunidad de prestar su dinero a otros, y a través de las tasas de interés combinadas, el crecimiento de sus ahorros puede aumentar constantemente.
Es importante encontrar un equilibrio entre, darte un colchón rentable para el futuro, y gastar para disfrutar del presente. Dejar de lado el 20% de sus ingresos es un buen inicio tradicional de un plan de ahorro.
50% para tus gastos diarios.
20% para pagar deudas, ahorrar e invertir.
30% para diversión y cosas personales.